...
...

 Acontecer de la fe

Pbro. Santiago Sandoval Morales.
En este tiempo de Pascua vivimos nuestra experiencia de fe, manifestando que Jesús ha Resucitado. La resurrección de Jesús es un acontecimiento real que tuvo manifestaciones históricamente comprobadas. Se trata, ciertamente, de un acontecimiento único, difícil de reducir a esquemas o conceptos conocidos.  La resurrección de Jesús no es irracional, sino que se puede fundamentar sólidamente de un modo racional, en 3 puntos.            
1.- Los primeros testimonios. El texto escrito más antiguo que proclama la resurrección de Jesús se halla en la primera carta a los Corintios de Pablo, capítulo 15, versículo 3 y siguientes. Escrito entre los años 40 al 50.
2.- El sepulcro vacío. Sin tumba vacía no se habría podido anunciar la resurrección de Jesús en el ámbito judío, sobre todo en Jerusalén; además, los judíos, en polémica con los cristianos, no negaron el hecho del sepulcro vacío, sino que lo interpretaron de otro modo. 
3.- Otro testigo en el silencio de la Resurrección: es la Sábana Santa de Turín. En Turín se conserva un lienzo, conocido como: Sábana Santa, que, según resulta de los numerosos estudios científicos a los que ha sido sometido, fue el utilizado en la sepultura de Jesús de Nazaret. Este lienzo refleja con un realismo aterrador las torturas y tormentos a que fue sometido Jesús antes y durante la crucifixión. En la Sábana Santa de Turín los científicos han encontrado huellas sorprendentes que indican que este lienzo es el testimonio silencioso pero elocuente de la resurrección de Jesús.
Cuando hablamos de la resurrección de Cristo hablamos de mucho más. Jesús, al resucitar, no da un paso atrás, sino un paso adelante. No es que regrese a la vida de antes, es que entra en la vida total. No cruza hacia atrás el umbral de la muerte, sino que da un vertiginoso salto hacia adelante, penetra en la eternidad; no reingresa en el tiempo; entra allí donde no hay tiempo, donde la inteligencia humana no puede explicar. Jesús no regresa por la puerta por la que salió, es que encuentra y descubre una nueva puerta por que se escapa hacia las praderas de la vida eterna.
Con la resurrección de Cristo se descubre una nueva vida que no está limitada por la muerte. Esta realidad solo podemos meditar en el silencio porque en el silencio se descubre que nosotros los creyentes nos jugamos la gran apuesta de nuestra propia vida eterna que se fundamenta en el Cristo resucitado, porque si Cristo no ha resucitado seriamos los más desagraciados, pero si Cristo resucito, ser persona es la cosa más exaltante que puede existir.
Que estas fiestas de pascua sean para nosotros un motivo de alegría para seguir luchando por nuestra propia vida eterna.